- Humanos de Costa Rica
Un Hombre Poco Común

Si me piden que elija a un hombre que ha marcado e inspirado mi vida y la de mis hermanos, ese sería mi papá, sin dudarlo por un segundo.
Nacido en Cartago, de una familia numerosa de 13 hijos, sencilla y trabajadora. A muy corta edad, debido a lo difícil que era para mis abuelos la situación económica y aún más, que todos estudiaran en la escuela, apenas concluyó su segundo grado.
A los 9 años, con la madurez que no era propia de un niño tan pequeño, decide irse a Guanacaste, con el fin de aprender uno de los oficios de sus hermanos, la mecánica y trabajar para llevar dinero a su familia.
Gracias a su determinación y el disfrute que siente en todo lo que emprende, logró demostrar en corto tiempo grandes habilidades y un gran ingenio para superar cualquier reto de la vida.

Una de sus pasiones fue la competencia de autos, cuyos carros mejoraba para algunos de sus clientes y además logró construir su propio automóvil, con las piezas que pudo recolectar. No vayan a pensar que era algo así como un Ferrari, pero para él y para nosotros era más valioso y hermoso que eso.
"A los años logró independizarse al tener su propio taller mecánico y con ello vio realizado su sueño de que estudiáramos, tuviéramos una casa digna, un carro y que nunca nos faltara nada."
A sus 21 años sin tener traje ni zapatos para casarse, pues se los prestaron sus hermanos, mucho menos una casa, muebles o dinero, logra cumplir otro de sus sueños… el iniciar nuestra familia, la cual pudo sacar adelante con los pocos recursos que él y mi mamá tenían. A los años logró independizarse al tener su propio taller mecánico y con ello vio realizado su sueño de que estudiáramos, tuviéramos una casa digna, un carro y que nunca nos faltara nada.

"...en mi vocabulario no existen palabras como obstáculo, no puedo, soy incapaz, imposible u otras que puedan limitar mi actuar"
Mi hermano menor suele contarme cómo papi sigue siendo fuente de inspiración y guía, para superar sus retos y dar lo mejor de sí. Él y mi mamá han calado tan profundo en mis valores y en mi determinación, que en mi vocabulario no existen palabras como obstáculo, no puedo, soy incapaz, imposible u otras que puedan limitar mi actuar.
Rescato el gran valor de algunas de sus enseñanzas:
Cuando no tenga una herramienta, hágala (historia de mi hermano cuando a sus 5 años, le cuestionó por qué estaba construyendo una pieza si podía comprarla, lo cual no era así).
El hombre además de ser hombre, no importa si tiene estudios o no, lo primero que tiene que aprender es a usar sus manos (con ellas y su ingenio, inventaba y construía herramientas y sistemas para reparar carros cuyos repuestos no se conseguían o eran poco accesibles).
Papi nunca terminó su escuela, mucho menos fue a la universidad o recibió algún curso técnico, a pesar de ello fue un gran maestro para muchos profesionales que admiraron su ingenio y trabajo, imagínense lo que sigue siendo para nosotros.
Sus retos desde muy corta edad, la falta de recursos, estudios y otras limitantes, que muchos ponemos como excusa para no realizar nuestros sueños, nunca fueron un impedimento para que este ser excepcional no lograra los suyos.